Seleccionar página

D.O. Montilla Moriles

El vino de Montilla-Moriles no se fabrica: se cría, como se cría a un niño o a una flor. Nitidez en el color, atractivo en la fragancia, suavidad en contacto con el paladar, perfección en el conjunto. Todas estas cosas  juntas, pero dotadas de una personalidad inconfundible, mezcla acaso de brío y sutiliza, constituyen el tesoro y la alegría de los vinos de Montilla-Moriles.

De vinos procedentes de una larga crianza como FINO, se rocían las criaderas que les irán dando matices de oxidación hasta culminar estos en las soleras, de donde salen a comercialización partidas limitadas, conservándose en estos vinos caracteres de las dos crianzas que han sufrido, reductora como Fino y oxidativa al final. Crianza durante 50 años en botas de roble americano.

Vino dulce natural, se obtiene colocando los racimos de uva bajo el sol concentrando de esta forma  los azúcares de la uva Pedro Ximénez.

El proceso de elaboración es artesanal y los rendimientos muy bajos, tres kg de uva por litro de vino.

De color rubí oscuro puede llegar a alcanzar tonalidades casi azabache si se somete a crianza en botas de roble americano.

Es un vino denso, de agradables sabores a pasas y dátiles, suave en la boca y no empalagoso.

El clima de Córdoba y la variedad de uva hacen que sea un vino único en el mundo.

Vino generoso, criado bajo velo de flor en botas de  roble americano por el sistema tradicional de “Soleras y  Criaderas”.

De color amarillo pálido con delicados tonos verdosos, en nariz se presenta punzante con recuerdos a levaduras y almendrados.

De sabor seco y persistente, amargo y suave al mismo tiempo,  con tonos salinos. 

Su graduación alcohólica está comprendida entre los 14º y 15º.

Se presenta en box de 3, 5 y 15 litros

Tu Pedido

No hay productos en el carrito.